Los ácidos grasos monoinsaturados (como el ácido oleico, el mismo del aceite de oliva) contribuyen a reducir los niveles de colesterol malo (LDL) y aumentar el colesterol bueno (HDL). La carne de cerdo es rica en ácidos grasos esenciales (los del tipo Omega-3) y por eso su consumo resulta fundamental.
La mayoría de los ácidos grasos pueden ser sintetizados en el cuerpo, pero los seres humanos carecen de las enzimas necesarias para producir dos de ellos: los ácidos grasos esenciales, que deben obtenerse ingiriéndolos como parte de la dieta. Estos son el ácido poliinsaturado omega-3 y el ácido poliinsaturado omega-6.
Alimentos bajos en colesterol
Actualmente, los ácidos grasos insaturados y su repercusión en la salud son un tema de gran actualidad y su presencia en los alimentos genera un gran interés. De hecho, una de las informaciones más buscadas en la red es la del listado de alimentos bajos en colesterol. Y sí, la carne de cerdo es tu aliada en la lucha contra el colesterol y el sobrepeso.
Al igual que el consabido pescado azul, la carne de cerdo posee Omega-3, un nutriente no solo saludable, sino indispensable para por ejemplo, desarrollar el cerebro, los nervios y los ojos durante el embarazo y la infancia. Se sabe que también previene el infarto, disminuye modestamente la presión arterial y mejora los síntomas de algunas enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide y la psoriasis.
Dieta variada
Así que ya sabes, si quieres contribuir a mantener a raya tu colesterol y reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, la carne de cerdo ha de encontrarse en tu dieta con regularidad. Junto a otros alimentos, claro, pues la riqueza de una dieta se encuentra en su variedad.
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